La primera vez que Sasha Luccioni solicitó un puesto en Hugging Face, una startup de inteligencia artificial valorada ahora en 4.500 millones de dólares, fue rechazada. “Yo no era lo que buscaban”, recuerda. Fue hace casi tres años. Librándose de ese rechazo inicial, se puso a trabajar en BigScience, un taller de investigación voluntaria de un año de duración financiado por Hugging…
Esta experta en ética de la IA hace malabarismos con la maternidad y la carrera tecnológica
